El perro meón.

Hace unos días se inauguró una exposición de esculturas de Juan Ripollés en la Gran Via Marques del Turia de Valencia. Con artista, alcaldesa y séquito completo. Yo, por razones que no vienen al caso, cometí varios errores que dificultaron mi trabajo. Aun diría más, diría que se resintió, pero esa es otra historia, como decía el camarero del bigote en la peli de Wilder.
Mi buen amigo Kai Försterling también cubrió el tema. Kai no suele fallar, pero ese día andaba distraído con no sé qué cosa.
Hoy, a la salida de un tema en la Bolsa, Kai me decía, no sin razón, que no hago mas que repetirme últimamente (en el blog). Lo que pasa es que a mí juntar un puñado de letras me lleva un rato, y no hay manera de encontrarlo. Yo no soy de contar intimidades, pero contar cosas mías es mucho mas fácil que contar cosas de los demás, que siempre obliga a documentarse un poco, y bueno, es por eso que me ha parecido apropiado lo del perro.


Escultura de Ripollés y perro. Valencia. Jul. 2008