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24 de marzo de 2013

El cura.

No creerías que lo de las campanas ya no iba a dar más de si (y esto es más una fórmula literaria que otra cosa, que uno, que no es tonto del todo, ya sabe de sobra que aquí no entra nadie ni creyendo ni esperando nada).

En fin, el párroco de la iglesia se fuma un cigarrito de lo más satisfecho pensando en como le van a quedar las campanas.

Ahora sí que ya.






















Valencia. Mar. 2013

2 comentarios:

Antonio dijo...

¿Seguro que es un cigarrillo? ¿A quién le sonríe desde esa altura, con esa sonrisa?

Daniel García-Sala dijo...

A la primera, seguro. A la segunda... que sé yo. :-)