La foto, sin ser gran cosa (una foto) cumple dos propósitos. El primero es aprovechar agosto, un mes en el que el número de visitantes desciende, para dar salida a más fotos desde el balcón. A ver si con la midad de vecinos de vacaciones y la otra mitad más relajada me evito la denuncia esa que Sergio me presagia. El segundo, pero no por ello menos nimio, es espolear a Kai, obviamente en su tercera acepción, ante la sequía con la que nos obsequia últimamente.
Es más que nada por la cosa egoista. Que me acuerdo de cuando éramos un buen montón de fotógrafos de prensa cada uno con su blog, y algún optimista con dos, y hoy la mayoría están muertos, matados o abandonados (sobra decir que me refiero a los blogs y no a los fotógrafos, que todos están vivitos y la mayoría coleando). Y a mí me da cosa acabar siendo el último freak
Valencia. May. 2011
14 de agosto de 2011
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