José Saramago.

No me gusta la foto. Me parece que transmite una severidad que en absoluto le suponía y no era para nada lo que buscaba (si es que alguna vez busco algo). La verdad es que resulté molesto. Él descansaba tomando un té (si no recuerdo mal). No tenía necesidad de fotografiarle. Nadie me lo había pedido. Pero llevaba la cámara y tenía sentado en la mesa de al lado a uno de los escritores que mas horas de buenos ratos me ha regalado. Así que me acerqué y le pregunte si podía fotografiarle. No le entusiasmó pero me dijo que si. Ese fue su error, pues despues no pude sino comentarle lo pésimo de la luz donde estaba sentado, frente a la luz estupenda que teniamos unos metros más allá. Eso ya no le hizo ninguna gracia, aun así se levantó y me acompañó pero en su cara se veía que le estaba tocando las narices. Disparé seis fotos, le di las gracias y le pedí disculpas. La verdad es que lo pasé mal cuando vi que lo estaba molestando para nada. No me atreví a decirle lo que me han gustado sus libros (los que he leido. Que no son todos pero si son muchos). Lo acompañe a su mesa y volví a pedirle disculpas. Se me debía de notar algo en la cara pues las segundas disculpas las aceptó con una sonrisa.

Compre Caín al poco de editarse, aunque aun no lo he leido. Lo guardaba para la próxima vez que la abuela se quede al crio unos días.

José Saramago. San Sebastián. Sep. 2006